A veces lucho conmigo, con mis inseguridades,también con la oscuridad. Tendemos a creer que es una metáfora de eso que nos dicen que nosotros somos luz es mentira, pero no, es cierto.
Muchas veces miramos las cosas como absolutos, donde solo existen bueno o malo, blanco o negro, luz u oscuridad. Pero no apreciamos la batalla constante que existe en nosotros entre nuestra luz y nuestra oscuridad. Donde muchas veces tenemos que decirle NO a la oscuridad, y para eso tendremos que abrir nuestro corazón, expresar que fuimos heridos, que estamos molestos, que no estamos de acuerdo con algo; Y tal vez no sea lo mejor, nos vamos a sentir un poco humillados, decepcionados de nosotros mismos, frustrados, molestos… no nos vamos a sentir tan bien.
Sin embargo, el resultado de permitirnos a nosotros mismos pasar por eso será ver esa luz que vuelve a brillar en nosotros. Nos iremos con la satisfacción de que esta vez ganamos la batalla contra todo lo oscuro que nos acechaba de noche, que no nos dejaba descansar. Todo eso porque decidiste abrir el corazón, decir la verdad, que te duele, que hoy te cuesta confiar… aceptando así tu vulnerabilidad a alguien que merezca tu confianza.
Si es así, por esta vez ganaste, una batalla que creías que tenías con alguien más, pero en realidad era contigo. Cuando peleamos, en gran parte, el éxito está en vencerte a ti o en otras ocasiones (depende de cómo lo veas), no dejas que nada ni nadie te derribe.
“Personas heridas, maltratan a otras personas”.
A veces sin querer, lo que no sanas en ti, termina maltratando a los que te rodean. Así que: ¡Rompe el ciclo! aunque eso conlleve romper tu orgullo, lo cual es doloroso, pero justo y necesario. Después de eso (mucho después) entenderás que era lo que se tenía que hacer.
Deja de pelear contigo, que tú no eres el enemigo; y si vas a combatir, que tu arma sea tu luz. El mensaje de esperanza se basa en eso, en que la luz siempre será más fuerte que la más temible oscuridad.
Afronta tu presente con esperanza, y no dejes que las sombras de los errores, las malas palabras, las crisis, enfermedades, depresión... Hagan que se apague, tú eres la luz que tu mundo necesita que brille, busca la verdadera fuente de energía, no dejes de brillar, aún no es tiempo de quitarse los guantes.
Siempre con el deseo de aprender.
-Mariale
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